El 15 de Mayo se celebra el Día Internacional de la Familia, declarado por la ONU a través de la 112 Sesión Plenaria del 20 de septiembre de 1993 y con el fin de fortalecer la familia para el mayor bienestar del individuo y de la sociedad así como para sensibilizar a la opinión pública respecto del importante rol social que cumple.
Recordemos que la mayoría de seres humanos provenimos de una familia, la cual es protegida por el artículo 4º de la Constitución Política del Estado que señala que “La comunidad y el Estado protegen especialmente al niño, al adolescente, a la madre y al anciano en situación de abandono. También protegen a la familia y promueven el matrimonio. Reconocen a estos últimos como institutos naturales y fundamentales de la sociedad”.
Existen numerosas normas legales que protegen a la familia, entre las cuales destaca la Ley Nº 28542 – Ley de Fortalecimiento de la Familia, que tiene como objeto promover y fortalecer el desarrollo de la familia como fundamento de la sociedad y espacio fundamental para el desarrollo integral del ser humano, basándose en el respeto de los derechos fundamentales y las relaciones equitativas entre sus miembros. (Artículo 1º)
Es necesario recalcar que la familia no solo repercute en el buen desenvolvimiento del país sino también en el desarrollo de las empresas, las cuales forman parte de su engranaje productivo. ¿Porque? Pues toda empresa requiere de capital humano que se encargue de su dirección y operación y, dicho capital humano proviene y se desenvuelve dentro del núcleo básico de la sociedad, vale decir, dentro de una familia (sea ésta funcional o disfuncional).
¿Cuál es la relación entre la responsabilidad social corporativa (RSC) y la familia? Es fundamental recalcar que la RSC es un área estratégica de toda empresa puesto que está relacionada al impacto que tienen sus actividades comerciales y/o servicios en la sociedad. Con el transcurrir de los años, el número de actores sociales o stakeholders que se interrelacionan con las empresas van en aumento; y, para poder cumplir con sus expectativas resulta conveniente establecer dos dimensiones de la RSC, así tenemos:
a) La dimensión externa: representada por los actores externos como es el caso de los proveedores, los clientes, los acreedores, la sociedad y el gobierno (local, regional y nacional); y,
b) La dimensión interna:representada a la propia estructura de la empresa, como son los accionistas, personal de dirección así como los trabajadores y sus familias.
